jueves, 29 de marzo de 2012

invierno

Aprender a vivir sin reflejo, es probablemente, lo más difícil que he hecho. Son más de mil las ocasiones que su imagen trata de colarse por los huecos libres. 999 son las que cerrar los ojos las han ahuyentado. Porque 999 ocasiones tan breves atenuaron su recuerdo, pero basta la numero mil, por encima de unos minutos,para dejar pasar sus destellos.
Se ha deteriorado, no es ni por asomo, aquello que era. Así que, aunque me prometí no guardar en mi mente aquello que resulta inútil, con él voy a hacer una excepción. Voy a reservarle un pequeño espacio, allá donde están las cosas al borde del olvido, por si algún día decide recordar quién fue,no sea todo el mundo quien le haya olvidado.
Y es que el día en que yo me vuelva a encontrar en otro espejo, será el comienzo de sus cien años de mala suerte.



No hay comentarios:

Publicar un comentario