Se ha deteriorado, no es ni por asomo, aquello que era. Así que, aunque me prometí no guardar en mi mente aquello que resulta inútil, con él voy a hacer una excepción. Voy a reservarle un pequeño espacio, allá donde están las cosas al borde del olvido, por si algún día decide recordar quién fue,no sea todo el mundo quien le haya olvidado.
Y es que el día en que yo me vuelva a encontrar en otro espejo, será el comienzo de sus cien años de mala suerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario