Sentada en un sueño

Se escucha un suave correteo, sus pasos no parecen pesar, ligeros como el viento viajas tú por mi sonrisa.
Te encanta asomarte al borde y bañarte en la inmensidad de todo lo que era mío y ahora es tuyo, encaramarte a las caricias que te encienden y calman simultáneamente y dormir con el poso de mis besos como única almohada.
A 27ºC se funden pasado y futuro para dejar en su lugar un presente que mata miedos y alumbra ilusiones y tú dejas que esto crezca y trepe como una enredadera zigzagueando por nuestra cintura para acercarnos hasta no dejar lugar ni al aire.
Dejas que sea yo el guardián infranqueable de tus noches aún en la distancia, siempre bajo mi promesa de levantar una autopista de besos a 100 km/h para estrellarme en tus brazos.
Me tiemblas cada rincón de mi cuerpo, las terminaciones nerviosas de mi piel pierden el control cuando me tocas y convierto tu materia en mi energía para mirar de frente al miedo y decirle que su trabajo aquí terminó hace tiempo.
Corre despacio, no quiero que la arquitectura de tus piernas se agote a mitad de camino, deja espacio a cada una de las maneras que tendré de hacer nuevas tus ganas, y descansa sobre el colchón de mis sueños. Caminante, soy tu camino.